RESUMEN
Elías es un profeta que desde pequeño escuchaba voces y conversaba con los ángeles. Mientras iba creciendo, sus visiones y conversaciones con su ángel de la guarda se hicieron cada vez más remotas, y pasaron hacer sólo un recuerdo de su infancia. Él no quería ser profeta ya que no creía que el Todopoderoso necesitara conversar con los hombres para hacer valer sus órdenes. Vivía en Israel, una ciudad donde gobernaba el rey Ajab, y todos creían en Dios. Pero un día, este se casó con la princesa de Tiro Jezabel, que trajo consigo la religión de Baal.
Cuando ya casi no se acordaba de sus visiones Dios le entrega un mensaje para el rey. Elías le dice a Ajab que mientras creyesen en Baal no llovería sobre esa tierra. Por ello, Jezabel, furiosa, manda a ejecutar a todos los profetas de sus tierras. Cuando uno de los mejores guardias de la reina localiza a Elías y le lanza una flecha, esta se desvía. Elías intenta olvidarse de todo pero no puede. Entonces huye a las orillas del río Querite, donde pasa varios días. Una noche el ángel del señor se le apareció y le dijo que fuera a Sarepta donde se encontraría con una mujer que lo acogería.
Llega a una ciudad llamada Akbar y recibe hospitalidad de una viuda, quien lo encontró casi al punto de desmayarse. El hijo de la viuda cae enfermo y todo el mundo cree que la enfermedad se debe a la llegada del profeta. Elías le devuelve la vida al hijo de la viuda y ésta le jura lealtad para su Dios. Con el paso del tiempo ellos se fueron enamorando, pero no podían ser pareja, por la memoria de su esposo.
Unas legiones empiezan a acampar en las afueras de la ciudad. Elías, tras haber salvado al hijo de la viuda, es muy tomado en serio en todo lo que tiene que ver con el futuro del pueblo y da consejos. Pero al final, cuando ya no saben qué hacer porque las legiones se multiplican muy rápido, lo castigan y lo mandan a la quinta montaña. El nombre de la quinta montaña se debe a que ésta era una entrada al lugar donde habitaban los Dioses (según sus creencias).
Allí habla con el ángel del señor y le concede hacer un milagro; lo puede usar para evitar la destrucción de Akbar o liberar a su pueblo de la princesa culpable de su huida. Elías no logra decidir a cuál de los dos pueblos salvar, y deja que Dios tome la decisión definitiva. El Señor decide la destrucción de Akbar, que consistía en que el ejército Asirio destruyera toda la ciudad.
En medio de la devastación la viuda muere al quedar atrapada bajo el incendio que ocurrió en su hogar. Esta antes de morir le encomienda su hijo a Elías y le dice a su retoño que no tema porque ella estará con él ya que se convertiría en la ciudad. A partir de ese momento Elías empieza a sentir odio por su Dios, el que tanto dolor le ha causado por su pérdida.
Akbar quedó completamente desolada sólamente muy pocas personas lograron sobrevivir. De los pocos hombres que salieron ilesos escaparon de la villa con sus familias y se llevaron consigo lo poco que había quedado. Los únicos que no abandonaron la ciudad fueron los incapaces de hacerlo: los viejos, las viudas y los niños.
Elías junto con los habitantes que se encontraban comenzó a reconstruir la ciudad, para que ésta estuviera hermosa como su amada. Durante su faena Elías se dió cuenta de que la destrucción de la ciudad era necesaria para que cada uno de sus habitantes sintiera de lo que era capaz.
Después de un tiempo Elías se convirtió en el gobernador. El anterior gobernante al enterarse de que Akbar había sido reconstruida, quiso retomar el liderato, pero los pobladores no se lo permitieron.
En una de sus visitas al templo el ángel del señor se le presentó y le dijo que por orden de Dios volviera a liberar a su pueblo (Jerusalén), y que no se olvidara de la lección ya aprendida. Antes de marcharse dejó al hijo de la viuda como su sucesor en su rol de gobernador.
Elías retornó a Israel y reunió a los profetas en el monte Carmelo. Allí les pidió que se dividiesen en dos grupos: aquellos que adoraban a Baal y los que creían en el Señor. Siguiendo las instrucciones del ángel, ofreció un novillo al primer grupo, y pidió que invocasen al cielo de manera que su Dios pudiese recibirlo.
Ellos clamaban en altas voces y se herían con cuchillos y lancetas, pero no hubo voz, ni respuesta, ni atención alguna. Elías entonces cogió a su animal y lo ofreció según las instrucciones del ángel del Señor. En ese momento el fuego del cielo descendió y consumió el holocausto, la leña y las piedras”.
Minutos después una fina lluvia abundante cayó, acabando con cuatro años de sequía.
A partir de entonces estalló una guerra civil. Elías mandó a ejecutar a los profetas que habían traicionado al Señor y Jezabel lo buscaba por todas partes para matarlo. El no obstante, se refugió en la parte oeste de la
Quinta Montaña que daba a Israel.
Los sirios invadieron el país y mataron al rey Ajab (marido de la princesa de Tiro) con una flecha disparada por casualidad, que entró por un pliegue de su armadura. Jezabel se refugió en su palacio y después de algunas revueltas populares, con ascenso y caída de varios gobernantes, terminó siendo capturada. Prefirió tirarse por la ventana antes de entregarse a los hombres enviados para apresarla.
Elías se quedó en la montaña hasta el fin de sus días. Cuenta la Biblia que cierta tarde, cuando conversaba con Eliseo (el profeta que había nombrado como su sucesor), un carro con caballos de fuego los separó a uno de otro y Elías subió a los cielos en un remolino.
Frases:
- "El Señor sólo exige de las personas aquello que está dentro de las posibilidades de cada uno."
- "Toda aflicción que llega acaba por irse".
- "No existe la tragedia, sino lo inevitable. Todo tiene su razón de ser: sólo necesitas saber distinguir lo que es pasajero de lo que es definitivo".
- "El miedo va hasta donde lo inevitable comienza; a partir de ahí, pierde su sentido. Y todo lo que nos queda es la esperanza de haber tomado la decisión adecuada."